El sábado quedó inaugurada la muestra “Sinergia”, de los artistas visuales Mariana Corominola y Héctor Paez, en el espacio de arte del Centro Cultural Pascual Lauriente.
La exposición estará disponible hasta el 30 de septiembre y podrá ser visitada de lunes a viernes, de 8.30 a 18h, en Bandera de los Andes 8956 de Rodeo de la Cruz.
La apertura fue la antesala del festival Canto a Guaymallén, que tuvo lugar posteriormente en el mismo lugar y en el que ofició como anfitriona la agrupación municipal Guaymallén Coral.
Mariana Corominola
Artista visual, diseñadora gráfica y docente. Nació en 1974 en Mendoza y con tan solo tres años debió exiliarse junto a su familia en Ecuador, hasta 1984. Sin dudas, las vivencias, los colores y la vegetación exuberante de los países latinoamericanos por los que transitó, llenaron su retina y su corazón de recuerdos imborrables. Desde pequeña se expresó a través de la pintura y el dibujo.
Posteriormente estudió la carrera de Diseño Gráfico en la Facultad de Artes y Diseño de la UNCuyo. En 2014 creó el taller de arte infantil Semillas de Arte. Ha participado en numerosas muestras individuales y colectivas en reconocidas galerías y salas de arte de la provincia.
“Abrazo el color, lenguaje mágico donde puedo expresarme sin límites. La textura y el cromatismo son la columna vertebral de mi trabajo. Trabajo series con temas que me atraviesan y conmueven y busco generar preguntas intrínsecas, con la mirada hacia el interior de la persona. Me vuelco al dibujo como una forma de expresión intimista donde juego con blancos, negros y grises”, expresa Mariana.
Héctor Paez
Arquitecto egresado de la Universidad Nacional del Nordeste (Resistencia, Chaco). Tiene una amplia formación artística, de la mano de referentes como Guillermo Puicercús, Miguel Soria, Jorge Villarreal, Horacio Gili, Julieta Diconto y, actualmente, Raúl Castroman. Las técnicas que utiliza en sus obras son el acrílico sobre lienzo y sobre madera (mdf), el esgrafiado, el grabado en diversas técnicas y tintas sobre cartulinas. “De una fuerte formación técnica, tomar talleres de arte fue darle espacio a una vocación que estuvo presente desde niño. Dibujo desde que recuerdo y siempre fue para mí un desafío pintar. En el año 2011 me embarco en esta aventura que cada día me satisface más. Desde el principio intento lograr un estilo personal, una síntesis entre lo figurativo y lo abstracto. Admiro el muralismo mexicano, el arte latinoamericano, el cubismo, el expresionismo y el simbolismo en el arte. Es allí donde el arte precolombino toma preeminencia en mi obra, pero sin reproducirla sino reinterpretándola, universalizándola; en una delgada contradicción, incluso al punto de llamarla futurismo originario”, expresa Héctor.